POR STEPHEN YU
La historia de Louis Vuitton
Corría el año 1837 cuando el joven de dieciséis años, Louis Vuitton, llegó a París tras un viaje a pie de 470 kilómetros. Era el apogeo de la revolución industrial y consiguó un trabajo de aprendiz con un fabricante de baúles y cajas.
17 años más tarde, en 1854, había establecido su propio negocio en el número cuatro de la Rue Neuve-des-Capucines. Su atelier de Asnières abrió en 1859 y hoy en día sigue siendo el lugar donde se fabrican sus icónicos bolsos y piezas de equipaje. Louis Vuitton expandió rápidamente su negocio y en 1886, el heredero del fundador, Georges Vuitton, diseñó un ingenioso mecanismo de cierre con dos hebillas de muelle que aún se emplea hoy en día.
Este negocio familiar histórico celebró el centenario de su icónico monograma en 1996, lo que les volvió a catapultar al zeitgeist de la moda. Cuando Marc Jacobs tomó el timón en 2001, su transformación en gigante de la industria del lujo quedó confirmada.Hoy, Louis Vuitton es la epítome de la moda opulenta.
En su búsqueda incansable de la próxima tendencia, la industria de la moda suele dar excesivo protagonismo al concepto de ‘lo nuevo’, pero una inversión en uno de estos bolsos es atemporal. Si vas a invertir en un bolso de Louis Vuitton, elige bien, pues se trata de una de esas compras por las que no pasan los años. Escogemos cinco bolsos emblemáticos de Louis Vuitton cuya fama aumenta con el paso del tiempo. Algunos fueron diseñados hace 100 años y otros son más recientes, pero todos tienen algo en común, son clásicos modernos.
Con la proliferación de los viajes de larga distancia y las limitación de la cantidad de equipaje que los viajeros podían llevar consigo, Louis Vuitton comenzó a transformar sus icónicos baúles en 1924. Con su bolso Tient-tout o ‘llévalo-todo’ también conocido como el Keepall, los pesados baúles, se transformaron en algo más ligero y flexible. El Keepall era liviano y versátil gracias a su estructura de lienzo tratado. Fue diseñado para plegarse y guardarse en el fondo de la maleta como bolso de fin de semana o como pieza de equipaje extra para el viaje de regreso y se convirtió en la pieza de equipaje favorita de los viajeros de élite. En 1930, el Speedy (que por aquel entonces se llamaba el Express) se lanzó como la versión portátil del bolso de viaje Keepall para responder a la aceleración generalizada de los viajes. Al principio estaba disponible en tres tamaños – 30, 35 y 40 – pero Audrey Hepburn encargó una versión en miniatura para uso diario, lo que resultó en el lanzamiento del Speedy 25. No importa el tamaño que elijas, su forma icónica con asas redondeadas, cierre grabado con las iniciales LV y correas extraíbles. Es un bolso de viaje perfecto con el que también podrás darle vida a la Audrey que llevas dentro.
Lanzado en 1932, podemos afirmar que el bolso Noé es el bolso bombonera original y uno de los diseños más reconocibles de Louis Vuitton. Diseñado por Gaston Louis Vuitton por petición de uno de los productores más famosos de champagne, fue concebido para poder llevar cuatro botellas de champagne de pie y una quinta botella boca abajo en el centro que iría sujeta con un cordón para evitar el tintineo del cristal. Aunque es probable que resulte difícil cargar con tanto peso, el resistente bolso Noé de Louis Vuitton sigue siendo una apuesta versátil y muy funcional para cualquier fondo de armario.
Lanzado en 2007, el Neverfull es uno de los bolsos Louis Vuitton más populares. Combina un diseño atemporal con detalles del legado de la casa. Este ‘best-seller’ tiene la forma amplia de un bolso estilo ‘tote’ y está rematado con asas finas y muy cómodas. Puedes llevarlo al hombro o colgados del brazo, abierto o cerrado con las cinchas. El Neverfull es un bolso de día perfecto en el que caben todos tus objetos personales pero no tiene un aspecto excesivamente abultado, lo que hace que sea uno de los mejores bolsos de Louis Vuitton para uso diario. También nos encanta el neceser extraíble que se puede llevar por separado, como un bolso de mano, para esos días en los que necesites espacio extra para llevar más cosas.
Elegante y estructurado por fuera, amplio y bien organizado por dentor, el bolso Montaigne fue diseñado con las mujeres de negocios en mente. Por algo su nombre está inspirado en una de las calles más elegantes y famosas de París. El Montaigne es un diseño chic que no cede un ápice de funcionalidad. Cuenta con múltiples compartimentos y bolsillos interiores para guardar tu bolígrafo Mont Blanc y el cuaderno Moleskine además de un compartimento central para llevar el Macbook y una correa extraíble por si necesitas cargar con más peso. En resumen, el bolso Montaigne es perfecto para hacer una entrada triunfal en cualquier reunión de la junta directiva.
También te puede interesar:
La historia de los legendarios relojes Cartier
Las mejores compras 'vintage' para celebrar el legado de Gaultier