Por: Nick Carvell
Puede que algunos piensen que transformar un reloj de miles de Euros con un ‘up-cycling’ de piedras preciosas y nuevos acabados sea una locura. Pero eso es exactamente lo que hace la marca de relojes de lujo MAD Paris. ¿Puede que de ahí surgiera el nombre de su empresa? Con base en la capital francesa, los expertos del taller de MAD Paris emplean todo el conocimiento técnico que han adquirido trabajando en Ginebra para algunas de las grandes firmas suizas de relojería con el fin de crear nuevas versiones personalizadas de algunos de los relojes más deseados del mundo.
Desde un Richard Mille RM67-01 con diamantes, a un Rolex Daytona con un arcoiris de esmeraldas incrustadas o un Patek Philippe Nautilus con acabado completamente negro. Se trata de relojes creados para no pasar desapercibidos. El equipo que hay detrás de la marca es notorio por su discrección, pues la marca quiere salvaguardar sus líneas de suministro dentro de un sector relojero que protege con celo sus diseños. El director creativo nunca se ha identificado públicamente y la marca no hace publicidad ni tiene relación con los medios de comunicación. Dadas estas circunstancias, es difícil averiguar cuáles son sus procesos, qué les motiva a hacer lo que hacen o quiénes son los clientes de MAD Paris. Para todo esto, como si se tratara del personaje de un thriller político, es necesario pasar por un intermediario que tenga acceso privilegiado a la marca. En este caso se trata de, Thom Scherdel, que trabaja como senior buyer de Browns y lleva un par de años contactando frecuente con MAD Paris para seleccionar los relojes que están disponibles en su web.
En la imagen: Rolex Daytona Openwork SK II 40mm personalizado por Mad Paris
“La verdad es que MAD Paris son líderes en su sector,” comenta por teléfono. “Evidentemente, hay otras empresas que se dedican a personalizar relojes de lujo pero MAD se ha establecido como lider mundial gracias a su pericia técnica y a la calidad de su servicio.”Una de las manifestaciones más evidentes de este liderazgo se puede apreciar en en los denominados relojes ‘fantasma’ de estos viruosos: un atractivo proceso de repintado y reconstrucción que acaba con todos los elementos del reloj cambiando al color negro.
Modificar de color la caja metálica de un reloj no es una tarea fácil. Si se hace incorrectamente puede dañar el reloj de modo permante. En MAD Paris se emplea una técnica especial que recubre cada componente con una capa de carbono como diamante (o DLC), un tipo de tratamiento atomizado que se formula en función al metal de cada reloj. No se trata simplemente de una labor de pintado, es un procedemineto técnico muy avanzado que muy pocos emplean dentro del sector.
En la imagen: reloj Daytona Rainbow con piedras preciosas de MAD Paris
Este deseo de diferenciarse de los demás en lo que se refiere a la personalización de sus relojes, significa que la marca siempre va un paso más allá. Si bien su técnica de añadir piedras preciosas de color a la corona del susu relojes de lujo se ha convertido en un rasgo emblemático de MAD Paris, es poco probable que encuentres un modelo con diamantes de color blanco – sobre todo porque esto es algo que los mismos fabricantes de relojes ya ofrecen en su catálogo o que puede ser añadido por un joyero cualificado a posteriori. En su lugar, MAD se especializa en otras piedras preciosas, creando espectros de color con esmeraldas, zafiros, rubíes y algún diamante negro con certificación de origen.
Por supuesto, no podemos dejar de señalar la gran obviedad. La razón por la que estos relojes simbolizan un gesto de rebeldía absoluta es que su personalización supone invalidar la garantía del fabricante. No obstante, incluso teniendo esto en cuenta, Scherdel nos informa de que Browns vende al menos un modelo al mes – el más caro es un Richard Mille RM67-01 con esmeraldas con un precio de medio millón de libras esterlinas. ¿Cómo explicar su éxito?
En la imagen: Patek Philippe Nautilus 5990 Ghost 45mm
“Estos son relojes de coleccionista. La gente que los compra ya tiene en su haber una buena colección de relojes,” dice Scherdel. “Lo más increíble es que todo lo que produce MAD Paris es único. Allá donde vayas, en cualquier lugar del mundo, no encontrarás a nadie con el mismo reloj que tú.”
Así que la respuesta más obvia es que el posible precio de reparación del reloj no tienen tanto valor para el comprador como el hecho de llevar un reloj único en el mundo. A eso podemos añadir que MAD Paris también están abiertos a requerimiento específicos de personalización (por lo tanto, comprar uno de sus relojes te da vía directa de comunicación con su misterioso equipo para solicitar lo que desees).
En la imagen: Rolex Daytona Openwork SK II 40mm personalizado por Mad Paris
“Digámoslo así, no existen muchas marcas en las que el comprador acabe teniendo una conversación con el director creativo,” dice Sherdel. “No puedes entrar en una de la tiendas de South Molton Street, comprar una prenda de Dior y luego hablar con Kim Jones para que la modifique según tus necesidades. Es una propuesta bastante única.” En esencia, eso es lo que hace que los relojes de MAD Paris sean tan deseados. Más allá de su precio, se trata de piezas únicas. Y en un mundo en el que incluso los artículos de lujo llegan a producirse en masa, desear algo que nadie más puede tener no parece una idea tan alocada.
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