Localización para México de Juan David Gutiérrez
Edición de Isabel Da Cunha Ventura
Desde las civilizaciones antiguas hasta nuestros días, los bordados han formado parte de la historia de la moda. Tal es la admiración que despiertan la belleza y laboriosidad de estos ornamentos de hilos flexibles integrados sobre telas, que una de las acepciones del verbo bordar es «ejecutar algo con arte y primor».
Babilonios, egipcios e incluso los mayas creaban elaborados textiles bordados, como atestiguan los escritos, pinturas y relieves conservados. En la antigua Mesopotamia (hogar de los babilonios), los ropajes de reyes y nobles se adornaban con creaciones artísticas en lana y lino, mientras que en Egipto se destacaban los tapices y los tejidos finos de lino blanco decorados. Más recientemente se halló en Guatemala el ajuar mortuorio de un rey datado entre el siglo VIII y V a. C., inicio de la cultura maya, que incluía un taparrabos bordado con pequeñas cuentas. Por otra parte, las prendas bordadas de la actualidad tienen un aire romántico y sensual, como el icónico brasier que John Lennon recibió de una de sus fans con el texto I love John. Dada la relevancia atemporal del arte del bordado, a continuación describimos la evolución de estos ornamentos en la moda y ofrecemos algunos consejos sobre cómo usarlos.
Historia y evolución del bordado
Además de las civilizaciones antiguas ya mencionadas, los bordados a mano también existieron en Roma, Grecia y China. En Roma decoraban las togas con palmas de oro (toga palmata) y otras prendas con figuras de animales, que recogían influencias de los pueblos que habían conquistado. En Grecia, el quitón (túnica) y el himatión (capa) se decoraban con hilos, volantes y múltiples pliegues. En China adornaban las prendas de los nobles con hilos de seda en forma de dragones, astros o textos positivos. Actualmente, los tops de Chloé incluyen piezas decoradas con seda y crochet que se inspiran en la antigua China.
Las Cruzadas en la Edad Media extendieron los bordados, decorando las capas y los ropajes de los guerreros con escudos, además de los emblemas de las casas nobles. Por otra parte, las creaciones de los coptos (cristianos egipcios), conocidos por la calidad de sus tejidos y telares, se expandieron cuando los árabes conquistaron Egipto. Así fue como el territorio de al-Ándalus, que abarcaba gran parte de la España actual, conoció estos ornamentos. En concreto, el pueblo Lagartera en Toledo fue cuna de los ornamentos españoles más representativos a lo largo de los siglos. Al igual que la historia de la moda, estas decoraciones han pasado por diversas etapas, destacando motivos religiosos, geométricos y florales, entre otros. Hoy en día podemos ver la tendencia de este estampado en las faldas de Dolce & Gabbana, donde predominan las flores de hilo cosidas o caladas y las cuentas. Los diseñadores se atreven incluso a usar los bordados en vestidos de novia o zapatos, para plasmar su visión barroca en piezas blancas y atuendos más románticos.
Tipos de bordado y cómo vestirlos
Los bordados tienen diferentes clasificaciones dependiendo del tipo de relieve. Se les conoce como «lisos» cuando el hilo apenas es perceptible, «de aplicación» si el motivo se borda aparte y luego se cose a la prenda, o «de realce» cuando el relieve es bastante pronunciado. También varían según la forma: los bordados «de contorno» son en los que solo se marca el borde, los «aislados» incluyen puntos y rayitas en las figuras, y los «llenos» son estilos y diseños totalmente decorados. Por otro lado están los tipos de puntos: de cruz, vainica, cadeneta, de Parma o Lagartera (que incluye varios estilos), entre otros. Y finalmente los hilos utilizados, como lino, algodón, lana, seda, oro o plata. En los sombreros de Paul Smith encontramos motivos florales y logos bordados que dan el toque final a un look informal elegante. Y no nos olvidemos del calzado decorado, como los paneles cosidos contrastantes de los zapatos de Brunelo Cucinelli, tanto para estilos informales como más elegantes.
Para atuendos de fiesta, los vestidos de Carolina Herrera nos sorprenden con tonos dorados y motivos florales bordados con el toque distintivo de su marca. Si queremos mezclar estilos, el original diseñador Jonathan Shimkai propone prendas decoradas para looks de día o de noche, que se inspiran en modelos masculinos y deportivos, añadiendo la feminidad de los encajes y los tules trabajados.
Labor artesanal
Los bordados a mano se distinguen por su cuidada elaboración y las muchas horas de trabajo que requieren. Aunque hoy en día algunas marcas los estampan con la ayuda de máquinas especiales, las grandes firmas siguen haciéndolo artesanalmente, lo que se refleja en la meticulosidad y calidad del resultado final. En este sentido, la Maison Lesage, una de las casas artesanales más prestigiosas del mundo, ha colaborado con muchas marcas de renombre. Podemos ver su labor en las piezas de Jean Paul Gaultier Pre-Owned o de Chanel Pre-Owned.
Los bordados han perdurado a lo largo de los siglos y hoy en día siguen teniendo un lugar importante en la moda. Inspirados en la flora y la fauna, los astros y las figuras geométricas, son ornamentos que resaltan cualquier prenda y la hacen única. Como decían los romanos, «la pintura con aguja es un arte».